La ciencia de las vacunas y los anticuerpos para prevenir el COVID-19
¿Qué son las vacunas?
Una vacuna es una sustancia que le enseña a tu cuerpo a reconocer a un invasor extraño (como un virus, por ejemplo) y busca activar tu sistema inmunológico e indicarle a tus células y proteínas que comiencen a combatir al invasor. En el caso de los virus, el objetivo de una vacuna es eliminar o controlar el virus en tu cuerpo, lo que podría prevenir una infección, o a prevenir que una infección se convierta en una enfermedad. La vacuna hace que el sistema inmune responda. Esto lo logra al parecerse lo más posible al virus invasor, pero sin causar la enfermedad en sí.
Las vacunas se han utilizado durante décadas en todo el mundo. Si bien la viruela es la única enfermedad infecciosa hasta la fecha que se ha eliminado a nivel mundial mediante la vacunación, las vacunas han reducido la carga de muchas otras enfermedades infecciosas como la poliomielitis, el sarampión, las paperas y la tos convulsiva. Más recientemente, se han desarrollado vacunas para la prevención del virus del papiloma humano (VPH), la neumonía y el herpes zóster.
¿Qué son los anticuerpos monoclonales?
Un anticuerpo es una proteína producida por las células B, que forman parte del sistema inmune. Hay varios tipos diferentes de anticuerpos. Típicamente las vacunas están diseñadas para producir los anticuerpos que reconocen y "etiquetan" a los virus como invasores extraños. Ello lo logran al unirse a partes únicas de un virus.
Los anticuerpos que se unen a la superficie de un virus y bloquean la entrada a las células de una persona pueden prevenir infecciones o enfermedades: esto se llama neutralización. Estos anticuerpos, que se desarrollan naturalmente en algunas personas después de la vacunación o infección, pueden fabricarse en el laboratorio y usarse como una opción de prevención o tratamiento. El término "monoclonal" se refiere a estos anticuerpos fabricados en laboratorio.
El desarrollo de anticuerpos monoclonales para la prevención de COVID-19 es importante por varias razones, que incluyen:
1. Los anticuerpos monoclonales pueden servir como otra opción de prevención hasta que haya una vacuna disponible.
2. Los anticuerpos monoclonales pueden proporcionar protección inmediata para aquellos que están expuestos y aún no han sido vacunados.
3. Los anticuerpos monoclonales pueden ser necesarios para las personas que no pueden desarrollar o mantener una respuesta inmune después de la vacunación, como los adultos mayores.
¿En qué se diferencian los anticuerpos de las vacunas?
En un ensayo clínico de vacunas tradicional, las personas reciben una vacuna y los científicos esperan a ver si sus cuerpos responden a la vacuna creando anticuerpos contra el virus. En un ensayo clínico de anticuerpos, se administra directamente los anticuerpos a las personas. Lo hacemos usando infusiones intravenosas, comúnmente conocidas como “recibir una venoclisis”, con inyecciones en la piel o subcutáneas (por debajo de la piel). Otra diferencia es que los anticuerpos producidos naturalmente por tu cuerpo en respuesta a una vacuna, pueden durar por mucho tiempo, pero los anticuerpos producidos en el laboratorio usualmente duran unos pocos meses, por lo que se requiere que las personas reciban infusiones o inyecciones de forma periódica.
¿Dónde está la información más reciente sobre SARS-CoV-2 y COVID-19?
Lo que sabemos sobre el virus (SARS-CoV-2) y la enfermedad (COVID-19), cambia constantemente. Para mantenerte al día sobre la información más actualizada, te recomendamos que visites los siguientes sitios web para obtener información confiable y precisa:
Seropositividad Inducida por vacunas (“VISP” por las siglas en inglés)
¿Qué es VISP?
Los anticuerpos ayudan a prevenir infecciones. La mayoría de las vacunas estimulan la producción de anticuerpos. Si recibes la vacuna para prevenir el SARS-CoV-2, tu cuerpo seguramente producirá anticuerpos contra el virus. Debido a esto, algunas pruebas que diagnostican el SARS-Cov-2 basadas en anticuerpos pueden resultar positivas aunque no estés, o hayas estado, infectado con el virus SARS-Cov-2. A esto se le llama seropositividad inducida por vacunas.
Dos tipos de pruebas están disponibles para el SARS-CoV-2
Una prueba molecular te dirá si tienes una infección por el SARS-Cov-2. Esta prueba detecta la presencia actual del virus en tu organismo. Algunas de estas pruebas son llamadas PCR. Para esta prueba se requiere una muestra nasal o de saliva.
Una prueba de anticuerpos te dice si tuviste una infección previa. Se requiere una muestra sanguínea para determinar si tu cuerpo desarrolló anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
En este momento, VISP no es un problema ya que las pruebas de anticuerpos actualmente usadas no detectan el tipo de anticuerpo producido por las vacunas que están en estudio. Dichas pruebas de laboratorio detectan otro tipo de anticuerpo producido por una infección natural con SARS-Cov-2. Sin embargo, esto pudiera cambiar en el futuro ya que se están desarrollando nuevas pruebas de anticuerpos.
Anticuerpos producidos por las vacunas vs. anticuerpos de la Infección SARS-CoV-2
El cuerpo genera diferentes anticuerpos en respuesta a una infección por el SARS-CoV-2 que en respuesta a una vacuna.
Uno de estos anticuerpos es llamado “anticuerpo de espiga”, lo que significa que ese anticuerpo se dirige a las espigas que rodean la membrana externa del virus. El anticuerpo se adhiere a la espiga viral y previene que el virus se adhiera a tus células sanas y cause una infección. Estos son el tipo de anticuerpos que las vacunas buscan enseñar a tu cuerpo a producir para que te protejan contra la infección.
La infección natural por el SARS-CoV-2 causa la producción de diferentes anticuerpos. Estos anticuerpos pueden adherirse no solamente a la espiga viral, sino también a otras proteínas virales como a la nucleoproteína. Las vacunas actualmente en desarrollo no inducen la producción de anticuerpos contra la nucleoproteína.
¿Qué hago con esta información?
Estas son algunas recomendaciones para todo aquél que reciba vacunas en investigación para prevenir contra el SARS-CoV-2:
1. Asegúrate de obtener documentación que explique tu participación en el estudio. Esto debe incluir información que diga que es posible que hayas recibido una vacuna contra la proteína de espiga del SARS-CoV-2, lo cual significa que puedes producir anticuerpos contra dicha proteína como respuesta a la vacuna.
2. Si se te solicita tomar una prueba de anticuerpos del SARS-CoV-2 (por ejemplo, como condición para regresar a tu trabajo), asegúrate de especificar que necesitarás una prueba que detecte anticuerpos contra la “nucleoproteína”, y no dejes que te hagan ningún tipo de prueba de laboratorio que detecta anticuerpos contra la espiga del virus.
3. Puedes evitar esta situación si puedes tener acceso a la prueba que detecta el virus SARS-CoV-2 (como el PCR), ya que dicha prueba detecta la presencia del virus en tu cuerpo. Si es posible, solicita este tipo de prueba y utiliza la documentación de tu participación del estudio de la vacuna como justificante.
4. No estamos seguros si el estudio de la vacuna genera anticuerpos que puedan protegerte de la infección. Aún no sabemos si un examen positivo de anticuerpos significa que es menos probable que tengas la infección SARS-CoV-2 o la enfermedad COVID-19.